YOGA PRENATAL – EMBARAZO

MALASAÑA – CENTRO DE MADRID

PRÁCTICA DE YOGA PARA LA ETAPA PRENATAL

Precauciones para la práctica del yoga durante el embarazo

· La mujer embarazada se posiciona a la vista y alcance del profesor; preferentemente con fácil acceso al cuarto de baño (tendrá ganas de orinar con frecuencia).
· Cada mujer es diferente y cada embarazo en la misma mujer es diferente. No se deben imponer posturas.
· Reducir los tiempos en asanas para evitar la fatiga.
· No estirar en exceso; la mujer embarazada ya de por sí se vuelve hiperelástica.
· No retener la respiración, ni en los pranayamas ni en las asanas; ésta fluirá fácilmente, para lo cual el diafragma debe estar relajado.
· Bajar el ritmo de respiración de fuego, que sea suave (como máximo, una por segundo, y no dos)
· Mulbhand: apretar suavemente abajo, en la zona de recto y genitales, sin subir al ombligo ni proyectarlo hacia arriba-adentro.
· No hacer movimientos bruscos ni bajar de las asanas de golpe. Es conveniente ayudar a la mujer embarazada a entrar y salir de las posturas complejas.
· Evitar saltos o carreras en el sitio, especialmente durante el primer trimestre de embarazo
· El vientre siempre debe estar relajado: evitar posturas de estiramiento o abdominales en general (el bebé queda sin espacio, el pecho se comprime e incluso el vientre puede herniarse). Una buena máxima es: “Piernas y brazos activos pero vientre relajado”.
· No comprimir el útero contra el suelo. No apoyar el vientre en asanas como Danurasana (arco) o Salabhasana (langosta)
· No comprimir el útero contra los muslos: cuidado con las posturas hacia delante. Todas ellas se hacen con el apoyo de cinturón y ladrillos. La columna se mantiene algo cóncava y el pecho elevado para dejar libertad de movimiento al feto.
· Evitar torsiones que compriman el abdomen. Éstas deben realizarse desde el diafragma hacia arriba, y no hacia abajo.

PRÁCTICA DE YOGA PARA LA ETAPA PRENATAL

Precauciones para la práctica del yoga durante el embarazo

· La mujer embarazada se posiciona a la vista y alcance del profesor; preferentemente con fácil acceso al cuarto de baño (tendrá ganas de orinar con frecuencia).
· Cada mujer es diferente y cada embarazo en la misma mujer es diferente. No se deben imponer posturas.
· Reducir los tiempos en asanas para evitar la fatiga.
· No estirar en exceso; la mujer embarazada ya de por sí se vuelve hiperelástica.
· No retener la respiración, ni en los pranayamas ni en las asanas; ésta fluirá fácilmente, para lo cual el diafragma debe estar relajado.
· Bajar el ritmo de respiración de fuego, que sea suave (como máximo, una por segundo, y no dos)
· Mulbhand: apretar suavemente abajo, en la zona de recto y genitales, sin subir al ombligo ni proyectarlo hacia arriba-adentro.
· No hacer movimientos bruscos ni bajar de las asanas de golpe. Es conveniente ayudar a la mujer embarazada a entrar y salir de las posturas complejas.
· Evitar saltos o carreras en el sitio, especialmente durante el primer trimestre de embarazo
· El vientre siempre debe estar relajado: evitar posturas de estiramiento o abdominales en general (el bebé queda sin espacio, el pecho se comprime e incluso el vientre puede herniarse). Una buena máxima es: “Piernas y brazos activos pero vientre relajado”.
· No comprimir el útero contra el suelo. No apoyar el vientre en asanas como Danurasana (arco) o Salabhasana (langosta)
· No comprimir el útero contra los muslos: cuidado con las posturas hacia delante. Todas ellas se hacen con el apoyo de cinturón y ladrillos. La columna se mantiene algo cóncava y el pecho elevado para dejar libertad de movimiento al feto.
· Evitar torsiones que compriman el abdomen. Éstas deben realizarse desde el diafragma hacia arriba, y no hacia abajo.

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE YOGA ASANAS EN EL EMBARAZO

· Fortalecen brazos y piernas. Equilibran minerales (hierro, calcio)
· Trabajan la pelvis: la musculatura del periné (suelo pélvico) y la movilidad de las articulaciones (lumbares, sacroilíacas, caderas)
· Crean espacio para que el feto se mueva libremente. Liberan el diafragma de la madre, expanden su cavidad pelviana, aumentan la circulación del útero y relajan el vientre.
· Mejoran la circulación sanguínea en general, en especial la de las piernas.
· Alivian el dolor de espalda
· Alivian el estreñimiento, las náuseas y los vómitos
· Otorgan vitalidad
· Conectan más todavía a la mamá con el bebé que lleva en el vientre, y el feto siente también la vibración del yoga y meditación.

> SERIE PRENATAL – PDF

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE YOGA ASANAS EN EL EMBARAZO

· Fortalecen brazos y piernas. Equilibran minerales (hierro, calcio)
· Trabajan la pelvis: la musculatura del periné (suelo pélvico) y la movilidad de las articulaciones (lumbares, sacroilíacas, caderas)
· Crean espacio para que el feto se mueva libremente. Liberan el diafragma de la madre, expanden su cavidad pelviana, aumentan la circulación del útero y relajan el vientre.
· Mejoran la circulación sanguínea en general, en especial la de las piernas.
· Alivian el dolor de espalda
· Alivian el estreñimiento, las náuseas y los vómitos
· Otorgan vitalidad
· Conectan más todavía a la mamá con el bebé que lleva en el vientre, y el feto siente también la vibración del yoga y meditación.

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