Fui a clases de Yoga Kundalini con Paz todo mi embarazo dos veces por semana donde disfrutaba de la bonita luz de la sala. Con ello, me conectaba muchísimo con mi bebé, tonificaba increiblemente y me relajaba.
Al nacer Bruno y estando de baja por maternidad me incorporé a la clase de Yoga para Mamás y Bebés, porque echaba de menos mi momento de relax en Yoga y me pareció interesante compartir esta experiencia con otras mamás. Paz nos cuidaba muchísimo (como siempre) y si algún bebé lloraba ella siempre estaba ahí para apoyar. Tanto en el embarazo como en la clase con bebés, siempre hicimos posturas adaptadas a nuestro momento, sin exigir, pero con intensidad. Brunito y yo nos relajábamos con cada postura, mirándonos a los ojos, vibrando…
Era nuestro momento de la semana. Disfruté cada minuto, es un gran recuerdo y por supuesto lo recomiendo.»
Virginia Ramírez